A menudo se trata la política como un espectáculo o representación
en el que el pueblo reducido a público pierde parte de su consciencia para
“vivir” inmerso en la trama que se le ofrece.
Representación teatral infantil en el Bubisher de la wilaya de Smara
Cuando me desperté con la noticia de que el Presidente
Abdelaziz había declarado que “hay que elegir un nuevo presidente y una nueva
dirección del Frente Polisario” empecé a meterme en la trama…. Pensé que había
llegado el momento. Un cambio histórico ¡son cuarenta años! No sólo su salud
podría haberle aconsejado dar el relevo, también el estancamiento de la causa
-o callejón sin salida, como se prefiera- y sobre todo el creciente y
mayoritario desafecto de la población por sus dirigentes, al que no sólo han
contribuido ideas y políticas ya amortizadas, sino también muchos
comportamientos poco edificantes.
Pero todo el encantamiento de las declaraciones se
desvaneció cuando oportunamente me han recordado que ya en otros Congresos se
ha visto la misma representación: el Presidente expone la necesidad de elegir
un nuevo presidente, y es entonces cuando un hooligan, al que le toca el papel
de pelota, se levanta entre el público y hace una entusiástica loa de
Abdelaziz, de sus innumerables éxitos, de su insustituible figura, de su talla
como estadista, de sus bondades, de su equidad, etc, etc, etc… y el público
conmovido, aclama de nuevo a su líder, al que no le dejan otra alternativa que
la de seguir sacrificándose por su amado pueblo otros añitos mas… El recurso
dramático funciona. ¿Veremos la misma película otra vez en el XIV Congreso del
Frente Polisario, que se anuncia para finales de año?
Pasada la resaca del “mes decisivo” (el pasado abril) en la
que supuestamente se iban a producir acontecimientos trascendentales, volvemos
a las andadas y ya se anuncia este Congreso como “un congreso histórico”. Se
calienta el ambiente exigiendo que se fije ya la fecha del Referéndum -un nuevo
“brindis al sol”- Se ultiman los preparativos anunciando la creación de una
comisión preparatoria, compuesta por 84 personas, con distintas
responsabilidades dentro del aparato, y todo eso ha bastado para que un aluvión
de artículos, desde el oficialismo y desde la crítica, hayan iniciado ya los
debates en lo que podría considerarse un Congreso paralelo. Tratando de
participar en este “congreso paralelo”, quisiera hacer un par de reflexiones.
Ya en algún artículo anterior, para evitar abusos
antidemocráticos, había insistido en la conveniencia de limitar el derecho a
voto en el Congreso a los congresistas elegidos democráticamente y no a los que
asisten y participan por su condición de miembros de tal o cual organización o
cargo.
En cuanto a los asuntos a tratar y sobre los que el Congreso
podría pronunciarse, además del inevitable centón de grandilocuentes
declaraciones, que forman ya parte de nuestra tradición fabulística, bien
podrían abordarse algunos asuntos concretos que afectan a la vida cotidiana de
los saharauis. Por ejemplo:
- El
compromiso de facilitar pasaporte argelino, gratis, en 15 o 20 días a todos los
refugiados saharauis que lo soliciten.
- Exigir al
país de acogida Argelia y al de ocupación Marruecos un trabajo digno para los
saharauis. Un trabajo que les permita no solo sacar a su familia adelante, sino
también recuperar su dignidad y su independencia económica y política como
ciudadanos.
- Exigir al
Estado argelino completar y garantizar una atención sanitaria básica y
suficiente dentro de los Campamentos para todos los refugiados saharauis,
mejorando las infraestructuras y dotando al sistema de los recursos humanos
necesarios.
- Atender las
necesidades básicas de la población dependiente: ancianos, enfermos, viudas,
niños, etc. mediante programas específicos que cuenten con la colaboración de
los organismos internaciones y sujetos al control y seguimiento de los
interesados o sus familiares.
- Promulgar
el marco jurídico que garantice la igualdad total en derechos de la mujer
(divorcio, herencia, tutela de los hijos, etc.) y legislar la mayoría de edad
de las jóvenes, a todos los efectos, a los 18 o 20 años.
- Legalizar
la creación de tendencias o corrientes políticas organizadas dentro de la
estructura del Frente Polisario, que puedan dar una salida política al
creciente descontento o distanciamiento de sectores de la población.
Hay muchas mas propuestas o iniciativas que podrían tratarse
en este Congreso -y de paso en el paralelo- y que para otros compatriotas
tendrán mayor relevancia o prioridad, pero creo que lo importante es ponerlas
encima de la mesa e irlas debatiendo para contrarrestar los discursos
justicieros y las declaraciones vacuas y solemnes, que a nada nos conducen.
Como puede verse yo tampoco he podido evitar meterme en el
cuento y soñar con que la representación del próximo Congreso podría servir
para que los saharauis mejoraran sus dramáticas condiciones de vida y ampliaran
el horizonte de su libertad.
Lehdía Mohamed Dafa
16 agosto 2015
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