Hamed Abdel-Samad, en su programa “Box of Islam”, صندوق الاسلام, que emite cada jueves, dirige un mensaje a los jóvenes
musulmanes inmigrantes. Este mensaje está disponible en
versión árabe, inglés y alemán. Ésta es mi traducción al castellano, que publico con permiso de Hamed
"Querido
joven inmigrante musulmán que estás enojado, es posible que para ti no sea más
que un infiel, un apóstata o un hereje, pero créeme, estoy contigo, no en tu
contra, por ello me gustaría enviarte un mensaje.
Este mensaje
debería habértelo dirigido otro, no yo. Debería habértelo enviado, el chej
(clérigo) de Al Azhar, el imán de tu mezquita o el líder de alguna de las
asociaciones de musulmanes en Occidente, pero como ninguno de ellos lo ha
hecho, como a ninguno de ellos le importa tu vida ni tus problemas, escúchalo
de mi parte. No importa quién sea yo, tal vez encuentres en este mensaje algo de verdad y
algún conocimiento o saber.
La ira
Muchos
jóvenes musulmanes en Europa están cansados y enojados y no encuentran solución
a los múltiples problemas que tienen. Algunos buscan el camino más corto y
rápido para acabar con todos sus problemas por un lado y por otro para entrar
al Paraíso prometido. Algunos escogen el camino de la yihad y se marchan a
Siria, otros eligen un coche y atropellan a una multitud de inocentes, otros un
cuchillo para apuñalar a personas cuya única culpa es cruzarse en su camino en ese
momento. Estos jóvenes piensan que estas vías les pueden liberar de sus
problemas y les llevan a la salvación. Piensan que están haciendo un favor al
islam, a sus familias y a otros musulmanes, pero, por desgracia, consiguen todo
lo contrario.
En los
pasados meses y semanas, muchos jóvenes musulmanes han cometido infinidad de
injustificados actos de violencia en toda Europa: atropellos, acuchillamientos,
inmolaciones y explosiones. Las víctimas inocentes son muchas: mujeres, niños y
musulmanes mismos.
La extrema
derecha se aprovecha de estos hechos desatando una campaña feroz de odio y
xenofobia contra todos los musulmanes. La gente sencilla, se pregunta cuál ha
sido la culpa de que sus hijos inocentes mueran así. También los musulmanes
pacíficos se preguntan por qué se generaliza y se pone a todos bajo sospecha
cada vez que se comete un acto terrorista.
Querido
musulmán, que estás furioso, no sé cuál es tu postura ante estos actos de
violencia. Puede ser que digas que rechazas la violencia, pero te mantienes en
silencio. Pues te tengo que pedir que eleves la voz y condenes la violencia. Te
pido que la combatas desde tu mezquita, desde tu casa, para prevenir la
barbarie que estamos viviendo. Puede ser que digas que no estás de acuerdo con
la violencia, pero la justificas alegando que también mueren niños inocentes en
Siria e Irak. Aquí te digo, que no podemos corregir un error con otro error más
grande. No podemos justificar la muerte con la muerte. Puede darse la
circunstancia de que estés de acuerdo con la violencia o que simpatices con
ella, en este caso te digo que el que consiente un crimen, se convierte en un
criminal. Puede ser,
simplemente, que hayas llegado a un estado de ira tal, que el único camino que
ves es el de coger un vehículo y matar a los infieles para que por fin puedas
descansar de todo y llegar cuanto antes al Paraíso. Si éste es tu caso, el
resto de este mensaje es para ti.
Héroe o criminal
Me gustaría
hacerte una pregunta: ¿te gustaría ser visto como un héroe por ti, por tu
familia y por la gente del país que te ha acogido o ser un héroe ficticio (sólo
para ti), pero un radical, un terrorista y un criminal para el resto de la
humanidad? ¿Te gustaría
vivir y aportar algo útil a los demás o morir y matar a gente cuya única culpa
es que estaban en tu camino ese día cuando te encontrabas furioso? ¿Te gustaría
que tu familia viva orgullosa de ti o que tu madre muera de angustia y dolor al
recibir tus restos mortales y que tu padre comparezca en los medios para pedir
perdón por tus actos?
No todo lo
que creemos que es verdad permanece como una verdad inmutable, y no todos los
caminos más cortos te llevan a conseguir tus objetivos o resuelven tus
problemas.
Te entiendo
y entiendo tu ira. Sé que tu ira está
justificada, porque he pasado por lo mismo cuando tenía tu edad. Estaba
furioso, era un fanático y quería matar a los infieles.
Es posible
que hayas crecido con esta ira por la tiranía que has vivido en tu casa, en el
colegio, o fruto de las enseñanzas de los sistemas educativos de cualquier país
árabe, de los cuales todos hemos sido víctimas. Unos sistemas educativos que te
enseñan a odiar al otro siempre, aunque sea de tu propia religión. Le odias
porque es un chiita y tu sunita, o porque tu eres musulmán y él es cristiano.
Es posible
que estés furioso porque has crecido en un medio familiar sin amor ni cariño,
donde tu padre no tiene vergüenza a la hora de pegar a tu madre delante de ti,
pero si la tiene para darle un beso o un abrazo.
Estas
furioso porque seguro que tú mismo has sido víctima de la violencia y te han
educado con miedo, y has crecido con falta de confianza en ti. Tu mismo seguro que has aprendido desde pequeño que la violencia es la primera vía y el
camino más fácil y corto para resolver cualquier tipo de problema en la
vida.
Estas
furioso porque has buscado trabajo en tu país y no lo has conseguido, porque el
trabajo se consigue no con el esfuerzo y los estudios, sino con enchufismo y
nepotismo.
Estás
enojado porque te has sentido intimidado por un policía, porque él lleva un
arma en la mano y tú no.
Estás
enfadado porque te has enamorado, pero no has podido casarte ni construir un
hogar, porque la pobreza te lo ha impedido.
Estás
enfadado porque tu familia lo dió todo para que tú puedas emigrar a Europa y
ayudarles, pero tus condiciones laborales no te han permitido hacerlo.
Puedes
sentir ira porque has arriesgado tu vida de mil maneras, como lanzarte al mar
en una patera, y al llegar no consigues un trabajo, o porque tu solicitud de
asilo ha sido rechazada.
Puedes
sentir ira porque la vida en el extranjero es muy difícil. En Europa todo es
diferente para nosotros: diferente
clima, diferente cultura, comida, relaciones personales…
El que
emigra, por lo general, se enfrenta a todo tipo de presiones. Presión económica, presión de la familia, represión sexual o a entablar relaciones no
legales/legitimas/permitidas, que derivan en sentimiento de culpa, de censura
moral, de miedo a la tortura del infierno.
Puede que
sientas ira porque algunos europeos no te entienden o te tratan con racismo. Si, algunos son racistas y tienen defectos, pero nosotros tampoco somos
ángeles y también tenemos defectos y claro que no somos mejores que ellos,
porque si no, no habríamos venido a vivir en sus países. En nuestros países,
los políticos mas y importantes y los hombres de negocios acuden a
Occidente para recibir tratamiento médico, incluso algunos de esos clérigos que
te han estimulado para hacer la yihad contra el Occidente infiel acuden a estos
países para tratarse de sus dolencias y envían a sus hijos a estudiar en sus
universidades.
Mira, quiero
decirte una cosa, la ira en sí es un sentimiento hasta sano. Porque significa
que no te conformas, ni te rindes ante la adversidad, y quieres enfrentar los
problemas. El problema es reprimir la ira, reprimir cualquier sentimiento es un
problema. Si tapamos todos los orificios
de una tetera y la ponemos a calentar termina explotando, es la respuesta
natural. Al contrario, si destapamos la tetera, el agua se irá evaporando poco a
poco hasta quedarse vacía y esto es exactamente lo que pasa con la ira. Si la
reprimes termina explotando y te acabará dañando a ti y a los que te rodean.
Pero si destapas la tetera y miras en el fondo, si reconoces las verdaderas
causas de tu enfado, esa ira no irá en tu contra. No necesitaras hacer de estos
problemas ningún tipo de virtud, no
necesitaras buscar otras razones para justificar tu ira con algo que llamas
religión, un deber sagrado, o un martirio en nombre de Dios. No, porque son tus
propios intereses, es tu propia ira, que no tiene nada que ver con Dios. Si no
eres capaz de reconocer las verdaderas causas de tu ira por ti mismo, vendrá
otro para decirte cuales son estas causas y convencerte. Te dará causas
ficticias, que no tienen nada que ver con todo lo que hemos dicho. Te dirá, para empezar, que la culpa es del Occidente infiel, de la guerra de Siria, o de
Afganistán, o de tu vecino el cristiano. Este personaje no te ayudará a resolver
tus problemas, porque no quiere que superes los problemas que tienes, quiere
comerciar con ellos, y por último no quiere que vivas tu vida, porque la forma
en que decide tu muerte, le reporta grandes beneficios traducidos en dólares en
su cuenta bancaria. Creeme, el que quiere a alguien jamás le empujaría hacia la
muerte. Intentará ayudarle a superar y resolver sus problemas. Créeme, no
hay ni una sola cosa en esta vida por la que merece la pena morir, pero si muchas
cosas porque las que merece la pena vivir. Se supone que Dios te ha dado la
vida, entonces es él el que te defiende y te protege. Él no espera que tú le
protejas o defiendas su credo. Dios no divide a las personas que ha creado en
dos grupos y manda a que se maten entre ellos. ¿Qué justicia ves en ello?
Tu eres
musulmán porque has nacido en una familia musulmana. Eres marroquí, tunecino
egipcio o paquistaní, porque tus padres son marroquíes, tunecinos, egipcios o
paquistaníes, una mera coincidencia transversal y genética es la que te ha dado
tu identidad comunitaria y religiosa, y lo mismo pasa con esos a los que tu
llamas infieles, un mero azar les ha hecho nacer en Francia, España, Suecia o
en Finlandia. Entonces,
¿qué justicia ves en que Dios te ame a ti y te premie con el Paraíso
simplemente porque tú eres musulmán, y a ellos les odie y les envíe al infierno
por no ser musulmanes? ¿Donde ves la justicia cuando uno de estos infieles se
pasa toda su vida investigando para descubrir la penicilina, un tratamiento
para el cáncer, para las enfermedades renales o los virus, el teléfono o el
aire acondicionado, que tu disfrutas, y a pesar de todo ello, Dios le enviará
al infierno porque no es musulmán, mientras que tu irás al paraíso porque eres
musulmán y le has atropellado o acuchillado?
Las víctimas.
¿Has pensado
alguna vez que entre las víctimas que has causado, está aquel que trabaja en
una empresa que produce los fármacos para curar la diabetes de tu madre o su
reumatismo? ¿Has pensado que podría ser un contribuyente normal que paga los
impuestos para que tú puedas recibir ayuda social y sanidad gratuita? Pero es
que da igual, aunque no te hayan ayudado, no tienes ningún derecho a matarles.
Su única culpa es que te han recibido en su país, te han dado cobijo,
protección ¿y así se lo devuelves?
¿Qué culpa tienen los musulmanes normales, que cada vez que tú cometes una atrocidad, son condenados a la marginación o a mas racismo y xenofobia?
¿Qué culpa tienen los musulmanes normales, que cada vez que tú cometes una atrocidad, son condenados a la marginación o a mas racismo y xenofobia?
Hazte estas preguntas.
Antes de
coger un coche y atropellar a inocentes, pregúntate quién se beneficia de tu
acción. A ti seguro que no; a los otros musulmanes, no lo creo; a la causa del
islam, todo lo contrario, su imagen está más dañada que nunca por culpa de
estos actos.
Imagina que
entre tus victimas yace una madre y a su lado su hijo pequeño, que te coge la
mano y te dice: ¿qué te ha hecho mi madre?, ¿qué te hecho yo que viviré huérfano
toda mi vida?. ¿Tendrás el valor de mirarle a los ojos y decirle: el islam me ha
mandado a hacer esto? ¿Podrás tener la conciencia tranquila contestándole que
lo haces en nombre del islam?
¿No crees
que es algo lamentable oír todos los días decir que el islam es una religión de
paz y compasión, cuando todos los días tenemos un acto de barbarie cometido por
algún musulmán?
No es triste
que la palabra “Alahu Akbar”, "Alá es grande", que los musulmanes repiten en sus
rezos y amonestaciones, se haya convertido en fuente de terror para el mundo
entero. En cualquier celebración, como un partido de futbol o fiestas del tipo
que sea, basta con que alguien diga “Alahu Akbar”, la gente sale huyendo espantada. Es triste
que nos hayamos convertido en fuente de miedo y terror en vez de paz y
tranquilidad. ¿Porqué hemos llegado a todo esto? ¿quién nos ha llevado hasta
estos extremos? Seguro que tú no eres capaz de verlo. Tú sólo ves tus propios
objetivos e intereses, que son ir al Paraíso y encontrarte con las hurries,
¿pero de verdad crees que con este egoísmo llegarás al Paraíso?
El Paraíso y el Infierno
¿Tú de
verdad crees que si matas a gente inocente almorzarás con el Profeta, ese día, en
el Paraíso?
¿Crees, de
verdad, que Dios te espera con 72 hurries en el Paraíso, como recompensa sexual
por haber derramado la sangre de inocentes?
¿No te has
preguntado por qué ni uno solo de estos clérigos, que te empujan a ti a la
yihad, han ido ellos a hacerla a Siria o se han inmolado para
encontrarse con el Profeta en el Paraíso?. ¿Por qué
ninguno de estos clérigos ha cogido su coche (Hummer o Mercedes), después de una
estancia turística en Europa, y ha atropellado con él a la multitud?. ¿Por qué
te mandan a ti a la yihad mientras ellos se van de turismo y shopping a Europa?
¿Por qué no envían a sus hijos a la yihad y si te envían a ti? A sus hijos les
envían a estudiar a América, y a ti te envían a morir. ¿Por qué tu vida vale
menos que la de sus hijos? ¿Por qué no te dan una beca para estudiar o te
construyen una escuela o un hospital en vez de enviarte a que te inmoles? Estos
clérigos obtienen millones de dólares de Arabia Saudí, Qatar y de otros
países del Golfo. Estos países gastan millones de dólares no para la victoria del
islam, no, lo hacen por la defensa de sus intereses en Irak, Siria, en Yemen y
en Libia. Su contienda con Bachar Al Asad y con Irán es por el control de los oleoductos y los campos del gas y
petróleo. Cada parte cuenta con ejércitos de mercenarios que defienden sus
intereses y con los clérigos que incitan a los jóvenes a la yihad. Y
esta es toda la cuestión. Tu para ellos eres sólo un objeto desechable de usar y
tirar.
Los actos
que cometes no son ninguna heroicidad, porque los cometes contra inocentes, que
no te han hecho nada. No son una
heroicidad, porque con ellos escapas de la vida y sus dificultades, y lo llamas
yihad. La heroicidad
es que te enfrentes a las dificultades de la vida y las superes, que no dejes
que tu ira te lleve a la destrucción y la muerte. La heroicidad es que hagas
algo útil en la vida, en vez de tejer una trampa mortal de odio y barbarie. La verdadera
yihad es que te labres tu propio camino en la vida, y no ir siempre detrás de
la manada. No imitar a los demás, sino ser tú mismo, creativo e innovador. La
cuestión no va de que uno ha cogido un coche y ha atropellado a una multitud o
ha acuchillado a otra, y vas tú y haces lo mismo como válvula de escape para
tus problemas. La yihad es que canalices tu ira en hacer algo útil para todos.
Y si quieres cambiar el mundo, empieza por aprender a hacer tu cama y organizar
tu dormitorio. Aprende una profesión digna, y si fracasas inténtalo de nuevo.
Funda una familia y educa a tus hijos con amor y en el respeto hacia los demás,
independientemente de su credo u origen. Estas son las acciones por las
cuales se gana el Paraíso. No irá al Paraíso cualquiera que atropelle o
acuchille, porque el Paraíso no es una hecatombe. El odio no te puede traer
nunca la salvación. Siembra el bien y cosecharas el bien. Siembra el amor y
tendrás amor. La vida está llena de buenas personas y de muchas cosas hermosas.
El hecho de
que fracases en tu trabajo o que rechacen tu solicitud de asilo, no es el fin
del mundo. Vuelve a intentarlo, conozco a mucha gente que lo intenta todos los
días y al final han logrado prosperar. Todo inmigrante pasa por estas
circunstancias. Busca la bondad dentro de tu corazón y a tu alrededor, seguro
que la encuentras. No te rindas porque el camino sea largo, el amor es el
camino, es la esperanza y es la vida. Tú no eres ninguna víctima, sino un ser
humano con mucho potencial.
Salam".
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