miércoles, 13 de enero de 2016

¿Y los Derechos Humanos de las mujeres saharauis retenidas contra su voluntad?

Por Elisa Pavón Mulero
12 enero 2016

«Lo que es seguro es que no será el último caso». Con esta afirmación, el delegado saharaui en Andalucía, Abidin Bucharaya, vaticinaba que se repetirían las retenciones ilegales de mujeres saharauis mayores de edad en los campamentos de refugiados de Tinduf. Dejaba claro que el caso de Nahjiba Mohamed Belkacem no ponía punto final a esta espada de Damocles que pende sobre las cabezas de las chicas saharauis que pasan largas temporadas en España, habitualmente para someterse a tratamientos médicos y para estudiar. Bucharaya hacía esa declaración en el diario «La Vanguardia», en octubre de 2014, para salir al paso de la denuncia de la retención ilegal de esta joven saharaui de 23 años y residente en Rociana del Condado (Huelva), por parte de su familia biológica, al amparo de esa dichosa convicción de que en España se desarraigan de su cultura y de su idioma.

El viento que escuchaba las palabras del delegado se las ha devuelto con efecto boomerang. Maloma Morales de Matos, saharaui nacionalizada española que vive en Mairena de Aljarafe (Sevilla), es su nueva piedra en el zapato, aunque no la única, pero los otros casos de mujeres saharauis que viven en Andalucía y que no han podido regresar de los campamentos, no se han hecho públicos. Maloma es el segundo caso de una española de pleno derecho secuestrada y retenida por su familia. El anterior, el de Mahyuba Mohamed Hamdidaf, se resolvió, aunque no sin problemas y tras dos meses y medio sin que ella pudiera regresar a su vida en Londres. La implicación de su familia de acogida de Genovés (Valencia), junto con el apoyo logrado de la sociedad civil y del Gobierno de la Comunidad Valenciana lograron su liberación.

El Gobierno saharaui -ejercido en el exilio por el Frente Polisario-, sus representantes en España, las organizaciones saharauis que tanto exigen la defensa de los Derechos Humanos, los medios de difusión del circuito saharaui y el movimiento solidario español e internacional -principalmente las asociaciones de amigos del pueblo saharaui- mantienen un silencio sepulcral alrededor de esta situación, que afecta a muchas más mujeres de las que se piensa. Y son mujeres, no «niñas», a las que sus padres saharauis privan de libertad y de todos sus derechos sometiéndolas a una actitud discriminatoria y de abuso de poder, permitido por las autoridades del Frente Polisario. Tampoco el Gobierno español reacciona, ni la sociedad. Resulta más fácil ignorarlas a ellas y a la situación de vulnerabilidad creada, que reconocer y enfrentar que también hay violaciones de los Derechos Humanos en los campamentos, que deben ser monitoreadas y erradicadas con urgencia.

Se cumple un mes desde que Maloma Morales de Matos fue secuestrada por su padre saharaui -con ayuda de otros familiares- y retenida ilegalmente contra su voluntad en el campamento de Smara. Un mes fatídico para las cuatro mujeres que en estos momentos copan las denuncias activas públicamente sobre víctimas de esta situación de vulnerabilidad, que mezcla en una coctelera convicciones prejuiciosas, tradiciones sociales antidiluvianas y cuestiones de índole religiosa con la falta absoluta de procedimientos y políticas gubernamentales de protección, defensa y salvaguarda de los Derechos Humanos de las mujeres retenidas, en una flagrante violación de la propia Constitución saharaui y de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Un mes éste en el que las vacaciones navideñas dan siempre una tregua a las jóvenes en sus estudios para hacer un viaje a los campamentos, del que no regresan. Un mes en el que se han cumplido 5 años del secuestro y la posterior desaparición forzada de Koria Badbad Hafed (la única de la que no se ha vuelto a saber nada) y dos años de las retenciones de Nahjiba Mohamed Belkacem y Darya Embarek Selma, casos que se unen a otros muchos, como los deJadama Brahim, Maimouna Bachir, Aisah Embarek, Fatimetu Ali o Hurria Hamudi.

Y con los secuestros de Maloma Morales y las demás jóvenes saharauis sobre la mesa, laAsociación de Amistad con el Pueblo Saharaui de Sevilla (AAPSS), que además organizaba el grupo del viaje del que Maloma no regresó, presenta a bombo y platillo el «Curso para la Observación de los Derechos Humanos», con la colaboración de la Universidad de Sevilla y laUniversidad Pablo de Olavide, financiado por laAgencia Andaluza de Cooperación Internacional al Desarrollo (AACID), sin una sola palabra respecto a las denuncias de violaciones de Derechos Humanos en los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf, en Argelia. Probablemente, el próximo día 20, Abidin Bucharaya estará presente en la inauguración del curso (que es un acto público), en la conferencia «¿Cuál es el sentido de la observación e investigación en los Derechos Humanos? Respuesta desde las víctimas y desde la investigación», con Aminetou Haidar (CODESA),Brahim Dahane (ASVDH) y Carlos M. Beristain (HEGOA/UPV).

No puedo comprender tanta hipocresía… Hablar de Derechos Humanos y de libertades, con opiniones condicionadas y parciales, exigiéndolos para unos y negándoselos a las otras. ¿Igualdad? ¿Empoderamiento de la mujer saharaui? ¿De qué están hablando? Hay muchas mujeres mayores de edad sin libertad, sin derechos en los campamentos. Retenidas contra su voluntad, obligadas a casarse y a someterse a la autoridad de unos padres que no respetan ni sus propias leyes, ante una sociedad impasible que normaliza la situación y echa la culpa a la cultura occidental de los padres de acogida, a quienes exprimen sin rubor durante años. ¿Queréis hablar de Derechos Humanos en el Sahara Occidental? Hablemos, pero con transparencia, con todas las cartas sobre la mesa y con la exposición de todos los casos individualizados, amparando y dando también herramientas a las familias de acogida españolas por una vez, buscando soluciones y mediando para la resolución de cada problemática. Que el caso de Maloma Morales, por ser española, sea la punta de lanza que abra en canal las entrañas del engaño en que vivimos cegados por una causa en la que creemos, pero que se manipula a conveniencia sin tener en cuenta que los Derechos Humanos son para todos y para todas, y deben ser protegidos, defendidos y salvaguardados exactamente igual en cualquiera de las realidades en las que se divide el pueblo saharaui. Porque no hacerlo supone actuar en connivencia con una injusticia.


Se puede defender el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui sin que ello suponga tener que comulgar con ruedas de molino, asumiendo por buenas tantas situaciones que sólo son fruto de la corrupción y de la injusticia. Los Derechos Humanos son para todos y son inalienables.

Del blog: https://elisapavon.wordpress.com

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