por ABDALAHI SALAMA MACHNAN
02.01.17
¿Que habrá sido, de aquellas personas que admiramos o
reverenciamos?.
Los pasajes más emocionantes se reservan para los momentos
agradables. Recordar a aquellos héroes anónimos me transporta automáticamente a
los años de la inocencia, luego a los años de divina juventud. A veces cuando
la nostalgia me acecha, decido rebobinar en mis recuerdos esperando encontrar o
saber algo de aquellos héroes anónimos. Aquellos que en un determinado tiempo
nos han llenado el vacío que agrietaba nuestras almas. Tiempos canallas son los
que vivimos hoy en día, en los que nadie se acuerda de ellos. Vivimos en un
mundo frenético, dónde la máxima es intentar hacer más en menos tiempo, la
inapetencia y el olvido se han instalado en nuestras vidas.
Sacrificamos la calidad en aras de la cantidad; la
elegancia, el estilo y la reflexión parecen sucumbir a las prisas de esos
tiempos canallas. Hoy, después de largos años, he decidido derramar esta tinta
en recuerdo a aquellos héroes anónimos, hombres sencillos que han librado
titánicas batallas en la formación de muchas generaciones de Saharauis. Hombres,
que nos retrotraen en el tiempo a un pasado señorial y brillante. Esos hombres
son los que nos acompañaron durante muchos años en Cuba, como monitores,
padres, guías, consejeros y protectores. Sentir gratitud en la vida, demostrar
agradecimiento hacía aquellos que nos dieron una mano, es algo que habla bien
de uno mismo; es un gesto hacia nuestros pares que nos han dado su apoyo en
dificultosos momentos. Recordarlos es rescatar parte de nuestra memoria
histórica. Esos héroes anónimos tienen nombres y apellidos:
HABIB MOHAMED FAKALA, ABDELHAY MOHAMED, EHMUDI MOHAMED
EMBAREK LEBSIR, MOHAMED BACHIR EHMEDNAH, ABDELMAYID NAJLI (BARURA), LUALI MAMUN
EHNIN, MULAY AHMED LEBSIR, FADLI ALI CHEIN, MAHYUB MUEISA (que en paz
descanse), BEIBAT CHEJ WELD EHUEIDI, ABDALA MULAY MOHAMED, BOMBA CHADAD,
ABDALAHI ABDERRAHMAN, JATRA LILI, HAMMA BACHRI, MUSTAFA SALEK DAH ZAMIT, MAHMUD
BACHIR ALEM, CHEJ SIDI ABDALA, HAMADA EMHAMED OMAR, BRAHIM BEIHA, ABDALA
LEJLIFA EREIGAS, HABIB BULAHI FADEL, AB.BA NOUCHA, SULEIMAN HUSSEIN, MOHAMED
LAMIN GAJBAL, BAMBA EMBAREK ALI, SAID FEKU, LEFQUIR MAMUNI ZEIN, ALI BRAHIM
OMAR (AHLI), AHMED HAMUDI, BAMBA CHARGUI, HAMUDI MOHAMED SALEM ALEIA, MOHAMED
CHADAD BRAHIM, MOHAMED SIDAHMED (EL KORNETI), ALAL BUDAH, BRAHIM HUSSEIN BAHÍA
(BAH), HAMADA BATI GREIFA, BACHRI BABA ADA.A, SABUTI (que en paz descanse),
SIDATI, NEMA, MA-ANA.
Recordar a cada uno, — como eran en aquel entonces en su
quehacer diario—, es premiar a sus bondades y a sus virtudes. No me pregunten
cuál ha sido mejor, pues entre todos se complementaban. Han servido con entrega
y dedicación.
A modo anecdótico, con HABIB MOHAMED FAKALA guardo con mucho
cariño, un imborrable recuerdo. Trabajaba yo en aquel entonces por las mañanas
en la radio local del Instituto Preuniversitario (IPUEC #5); el reloj marcaba
las siete de la mañana, hora en la cual empezábamos a emitir nuestro programa
matinal, que duraba hasta las nueve, buscábamos una segunda alternativa entre
los programas convencionales de la televisión estatal cubana. Nuestro programa
matinal combinaba contenidos musicales (canciones saharauis de perfil
revolucionario) con la información, las efemérides y los concursos. Entre las
noticias se destacaban las que nos llegaban del Sahara sobre la situación del
conflicto. También poníamos énfasis en las informaciones de ámbito local.
En una de aquellas mañanas, en aquel diminuto y acogedor
espacio, empecé a enchufar cables, probar sonidos, conexiones, comprobar la
línea del micrófono, etc..; empezaba la cuenta atrás para la salida al aire del
programa matinal de la radio, activé la tecla ON de encendido: ¡Saludos
matinales! Buenos días radioyentes, aquí estamos un día más en la onda, son las
siete de la mañana en todo el archipiélago cubano. Acto seguido
accidentalmente, toqué un botón que no correspondía y terminé por sintonizar
una frecuencia de la radio Siboney, y en aquel momento tenían en su repertorio
de programa musical a unas baladas en inglés. No entendía ni la letra ni el
contenido, pero era una música sumamente preciosa, preso de los nervios por no
saber apagar aquello porque estaba al aire y toda la escuela lo estaba
escuchando, cuando de repente apareció HABIB, pegando puñetazos al vidrio de la
ventana del habitáculo, dando señales de que apague eso y que salga. Lo
consideraron una falta leve, tuve una sanción de un mes lejos de mi habitáculo
y los micrófonos.
Con el tiempo, terminé por agradecer muchísimo aquella
sanción, porque descubrí que aquella lírica que sintonicé accidentalmente en la
radio Siboney, correspondía a Bruce Springsteen, y que aquella canción se llama
“Hungry Heart” corazón hambriento. Con los años, me convertí en un indiscutible
admirador, coleccionando al completo la música, de este gran cantante y
compositor estadunidense. Apodado a menudo THE BOSS (El jefe).
En Marzo del año 2016, veinticuatro años después,
fortuitamente me encontré con HABIB en el aeropuerto de Tinduf. La misma
elegancia, exquisito en el trato, la misma ternura paternalista. Nos fundimos
en un cálido abrazo, mi corazón bombeó sangre de tanta emoción. En aquel largo
abrazo, me pareció escuchar de fondo la banda sonora del BOSS “Hungry Heart”.
Para mi HABIB era y es el autentico padre, el autentico y venerado BOSS. Hay
cosas, en fin, que nunca cambian.
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