lunes, 7 de diciembre de 2020

¿Es posible un Acuerdo de Paz? ¿Puede ser, dicho acuerdo, la propuesta de Autonomía de Marruecos?

Lehdía Mohamed Dafa 

El pasado 13 de noviembre el conflicto saharaui-marroquí entró en una nueva fase al declarar el Frente Polisario que se había producido la ruptura del alto el fuego acordado en 1991. La vuelta a las armas declarada por el Frente Polisario es explicada como consecuencia de que soldados y policías marroquíes entraran en la zona desmilitarizada para dispersar a un grupo de civiles saharauis que mantenían cortado desde hacia semanas el paso fronterizo de Alguerguerat, impidiendo la circulación de camiones de mercancías marroquíes con destino a distintos países de África.  

Hasta la fecha el Frente Polisario ha emitido mas de 20 partes de guerra. Mientras, Marruecos mantiene un intencionado mutismo, tratando de silenciar si hay o no una situación de guerra o enfrentamientos armados. Es quizás en otros escenarios donde si parece estarse librando las batallas mas cruentas: en las redes sociales, en los medios de comunicación, en “prime time” en los oficiales, y en distintos canales vía satélite. El telón de fondo siempre es la necesidad de encontrar una solución a un conflicto estancado, gangrenado. 

Por un lado, el discurso tradicional que justifica la vuelta a las armas del Frente Polisario como única solución para doblegar a Marruecos y obligarle a aceptar la celebración del ansiado referéndum de autodeterminación, cumpliendo las resoluciones de la ONU; por otro, Marruecos y sus aliados, a los que vemos, que esta vez, se han sumado de forma declarada, un grupo de intelectuales saharauis defendiendo el Plan de Autonomía propuesto por Marruecos en 2007, como la única solución realista y viable. 

Desde mi modesto punto de vista, el Plan de Autonomía marroquí si bien dice ofrecer a la población saharaui la posibilidad de disponer de una administración local propia para gestionar el desarrollo económico, social y cultural del territorio, aportando el Estado marroquí los recursos financieros necesarios para cumplir con este cometido, no parece ofrecer una delimitación precisa de competencias cruciales, ni garantiza la libre participación política, en dicho escenario, de las numerosas fuerzas que a buen seguro seguirían siendo independentistas…. Creo sinceramente que el Plan de Autonomía carece de credibilidad y es una simple baza política para incumplir la celebración del referéndum y para intentar aparecer con voluntad negociadora y constructiva, pero que realmente pretende mantener el “statu quo” y que el tiempo vaya sepultando los derechos y el ansia de soberanía de un pueblo, dividido geográficamente y en parte, como es lógico, políticamente, pero que sigue reconociéndose en su identidad saharaui.



A continuación, quisiera formular cinco cuestiones, mínimas y básicas, a las que tanto el Plan de Autonomía de Marruecos, como cualquier otro, tendría que dar respuesta, si se quiere llegar a lo que ya es un tópico, “una solución duradera y mutuamente aceptada”

1º/ En aras a una necesaria, diría que imprescindible, reconciliación para la convivencia, Marruecos tendría que reconocer que ocupó por la fuerza el territorio del Sahara Occidental en 1975 y pedir perdón a las víctimas de la guerra, a las víctimas de las desapariciones, a las víctimas de la represión y a todos los saharauis a los que forzó al exilio. Sin descartar hacer frente, mediante indemnizaciones, que puedan compensar, en alguna medida, el sufrimiento causado y las perdidas patrimoniales.     

2º/ Solo será posible una solución que contemple un espacio político en el que se garanticen los derechos humanos y el libre ejercicio de la libertad y la democracia. 

3º/ Todos los saharauis, allí donde se encuentren, tendrán el derecho inalienable a retornar al territorio cuando deseen o viajar a él libremente. 

4º/ La clara delimitación de competencias deberá contemplar, como mínimo el control y administración de la población del territorio de los recursos naturales del mismo, así como la gestión de los servicios básicos (sanidad, educación, etc…) y el orden público. 

5º/ El ejercito o las instalaciones militares en el territorio  tendrán una misión exclusivamente defensiva y estarán integradas en su mayor parte, en todos los niveles, por población saharaui.

Hay muchos otros aspectos que merecerían ser tenidos en cuenta, pero yo me conformaría con abordar, precisar y resolver estos. 

Mientras tanto, y tratando de silenciar el ruido de las armas y el envenenamiento del odio, el desprecio y la culpa, mas nos vale que sigamos haciendo nuestros mejores esfuerzos en mejorar las condiciones de vida, en dar a nuestros niños la mejor educación, en empoderar a las mujeres y en vivir con la mayor libertad sin renunciar a ninguno de nuestros sueños. 

7 diciembre 2020



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