martes, 21 de noviembre de 2017

Una iniciativa para el cambio o el ansiado pluralismo político

Hay que saludar la nueva iniciativa que estos días remueve el estancado panorama político saharaui. Un grupo de notables, entre los que destaca Hach Ahmed Barikala, de larga trayectoria en puestos de responsabilidad y vínculos familiares de primer orden con las más altas instancias del Frente Polisario, han hecho un manifiesto y alguna entrevista para presentar su propuesta de un diálogo para el cambio.


La “Iniciativa” tiene un carácter regeneracionista, pero adolece de concreción en las medidas que sería necesario adoptar, dejando las mismas, suponemos, al diálogo ofrecido. Las “rectificaciones urgentes” que se reclaman para “recuperar las instituciones”, convertidas en “propiedad privada”, la “mejora de los servicios”, la “reducción de las desigualdades”, la “transparencia”, la “honestidad”, la “rendición de cuentas”, el relevo generacional”, el fortalecimiento y la búsqueda de “nuevos apoyos internacionales”, la recuperación de la “credibilidad de los dirigentes” es una panoplia de ideas que cualquier saharaui, piense lo que piense, no tendrá inconveniente en suscribir, incluido el presidente Brahim Gali, como se llega a decir. Sólo falta un pequeño detalle: cómo hacerlo.

Abogar por el pluralismo político, y no como mero escaparate, es muy necesario. Una prioridad que conviene, cuanto antes, reconocer legalmente, como forma de integrar y articular políticamente las diferentes opiniones, y como cauce para confrontar democráticamente distintas estrategias. Saber si esa articulación del pluralismo se queda dentro de los límites del movimiento que representa el F. Polisario o es un subconjunto que se intersecciona con el mismo, será algo que está por ver si la libertad de asociación se respeta y garantiza.

De momento, habrá que quedar a la espera de conocer si los promotores de la iniciativa tienen la voluntad y capacidad de desarrollar un nuevo marco conceptual de análisis que renueve el relato añejo de la marcha saharaui de liberación nacional. Construir mayorías y amplios consensos sobre la base de la libertad política, el debate y las urnas requiere políticos con capacidad, sensatez y un curriculum intachable. La edad o el lugar de residencia, habida cuenta de nuestras fracturas geográficas como pueblo, no deberían ser las variables principales.  

Pasados más de cuarenta años de ocupación, exilio, refugio y diáspora es obligado, por realismo político y responsabilidad histórica salir de cualquier noción de esencialismos, desembarazarse de la retórica hueca y abordar con audacia nuevos escenarios y propuestas que nos permitan ganar la batalla simbólica de ser el principal actor, el protagonista, de potenciales soluciones del conflicto, que supongan una nueva etapa en la seguridad regional y mayor estabilidad en la frontera sur de Europa. Se necesita un liderazgo audaz que considere los presupuestos de la disputa con Marruecos, un terreno siempre contingente, y en el que una nueva épica, capaz de combatir en el nivel local y global, sea capaz de aprovechar las ventanas de oportunidad que se nos ofrezcan para lograr, paso a paso, alcanzar nuestro objetivo: la soberanía sobre el Sahara Occidental. Y en el camino, ir adoptando valores sociales sólidos e irrenunciables como son: la libertad, la igualdad de hombres y mujeres y la justicia, para un futuro de paz y progreso. 

A la espera de la anunciada asamblea constituyente de la Iniciativa Saharaui para el Cambio (ISC) solo cabe desear éxito a sus promotores. 

Lehdía Mohamed Dafa 
21 noviembre 2017


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