Mañana, 8 de marzo, un año más, las mujeres en todo el mundo
celebran los derechos logrados y manifiestan su voluntad de continuar la lucha
para lograr una plena igualdad de género en todos los ámbitos de la vida
social. Es el mejor día para recordar, y rendir un especial homenaje, a las
mujeres saharauis pioneras en el campo de la sanidad, al que muchas de nosotras
estamos orgullosas de pertenecer.
En todo el mundo, sobre los hombros de las mujeres suele
recaer la responsabilidad vital de mantener la salud familiar. Ellas vigilan y
aplican los remedios que tienen a su alcance, como una prolongación de su labor
doméstica y maternal desde tiempos inmemoriales.
La primera mujer que se licenció en medicina fue la
estadounidense Elizabeth Blackwell en 1849 (por cierto, con las calificaciones
máximas). En el Sáhara Occidental, donde el acceso a los estudios
tradicionalmente fue monopolio masculino, no logramos hasta finales de los 70
que la primera mujer accediera a la universidad. El sistema de becas que concedía
España a los saharauis era muy restringido y prácticamente fue exclusivo para
los hombres. El acceso a las universidades extranjeras era casi imposible. Sin
embargo, una mujer llamada Fatma Taleb, acabó sus estudios en 1981 entre la
Universidad de La Laguna y Granada. Fatma, la primera mujer médico saharaui, que más adelante se especializó en
ginecología, junto a varias doctoras, enfermeras y auxiliares, que se graduaron
posteriormente, han sido uno de los pilares del sistema de salud saharaui en
los primeros y duros años del establecimiento en los Campamentos de Refugiados,
y los posteriores años de la guerra.
Otra figura inolvidable y clave en la pequeña, pero para
muchos de nosotros trascendental historia de la sanidad saharaui, ha sido la
enfermera y única guerrillera, Sidammi, que dedicó toda su vida al cuidado de los
heridos de guerra, tanto dentro como fuera del campo de batalla. Una heroína
olvidada. Murió hace unos años víctima de un cáncer de mama. Que en paz
descanse. Todo nuestro respeto, reconocimiento y cariño para Sidammi.
Hoy, en el ahogo del exilio, las mujeres siguen siendo la
pieza maestra del sistema sanitario saharaui, más del 70% del personal, y como
en tantas sociedades, excluidas del vértice de la pirámide profesional.
Lehdía Mohamed Dafa
7 marzo 2015
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