sábado, 15 de agosto de 2015

La próxima cita congresual

Por Abdalahi Salama Machnan


En una amena tertulia entre amigos, un viejo colega me dijo: ¡El próximo congreso del Frente Polisario será una copia más del anterior! Y el buen hombre lo explicaba a partir de una serie de acontecimientos que han ido pasando durante los últimos cuarenta años, sus fundamentos se basan en hechos objetivos que han acontecido durante las últimas paradas entre un congreso y otro cada cuatro años. Concatenación de vicisitudes que han desembocado en varias crisis políticas, sociales y económicas de colosales. dimensiones. También a partir de los cambios constantes que vive la sociedad saharaui.
Estos días de calor intenso y esprint final para el próximo congreso, salta a la palestra el tema de la comisión preparatoria, comisión que por cierto no tiene buena prensa por su imagen toxica. Sí tiramos de la hemeroteca de los últimos cuarenta años, constatamos que la nomenclatura base de dicha comisión sigue estando intacta. Pequeños retoques, un ligero lavado de cara doctrinal al puro marketing. Pero en el fondo nada cambia y gana casi siempre la misma lista que habíamos sospechado, han logrado congelar nuestros esquemas mentales. El sueño del cambio aún parece una utopía, una parábola como otras de tantas que nuestros políticos suelen emplear en sus mítines edulcorados o en sus audiencias privadas de tinte tribal repletas de falsas promesas. Es cierto que de sueños y promesas vivimos los seres humanos y nuestra clase política se alimenta y aprovecha de ello. Ellos mismos tienen sueños; algunos más sobre el poder y el ego que sobre la buena gobernanza.
Es inverosímil que en un mundo cambiante, veloz y que va a velocidad de vértigo en: lo tecnológico, en el conocimiento y en la información. Nuestra clase política aún sigue en su largo letargo del ayer. Cualquiera que haya leído el último comunicado de la reciente sesión del Secretariado Nacional del Frente Polisario en la casa amarilla, celebrada entre los días 12 y 13 de Agosto respectivamente. Constata que es un texto obsoleto, un lenguaje desfasado, copia y pega más de lo mismo. No se diferencia en absoluto de sus predecesores. La política se reinventa por doquier, menos que en nuestro caso, es un dogma. Nos pasamos el día aplaudiendo por cortesía y buscando el aplauso fácil aunque sepamos que no es verdad. Este comunicado vino a decir: “Lo que era hace cuatro años sigue siéndolo hoy”, cerrando así de un portazo la posibilidad a cualquier atisbo al cambio.
Todo se mueve, nuestra causa camina sobre raíles de incertidumbre y los resultados de todo ello son bien inciertos. Los viejos mecanismos de dilatación que utiliza nuestra dirección, le han resistido hasta el momento, pero más por inercia que por evolución. ¿Hasta cuándo resistirán sin redefinir un nuevo rumbo? El tiempo se agota, y los saharauis reclamamos una reformulación acertada, que desencalle la situación actual, que nos lleve a un porvenir de justicia social y equidad.
Esta cita congresual es nuestra última oportunidad antes de que pase el tren. Es hora de enmendar los errores del pasado, hay mucho trabajo por hacer, porque al envejecimiento de las doctrinas clásicas, sumado a la degradación de la clase política, solo se le puede responder con doctrinas renovadas y con nuevos servidores públicos inmaculados, cuya tarea suprema es servir al ciudadano.
No hace mucho las primaveras árabes eran un síntoma de esperanza. Hoy son un otoño, y no precisamente con final feliz. Y es que la política internacional también se mueve por otros parámetros, y los conflictos regionales ya no son regionales. Lo que pasa en las fronteras de Libia nos afecta, lo que pasa en las fronteras de Argelia también, al igual de lo que pasa en Mauritania y Mali. Estamos rodeados de focos de inestabilidad.
Ciertamente el mundo está cambiando, y lo hace muy de prisa. Pero esto no es ninguna garantía de que se está construyendo un mundo mejor. La historia lo certifica.
Y a todo esto en el Sahara Occidental, en este momento de suma sensibilidad y deseos de cambio, este próximo congreso nos ofrece la posibilidad de una conciliación nacional, de hacer un giro en la historia, de dar forma a una nueva realidad nacional basada en nuestra lucha, en nuestra justa causa, en nuestro anhelo como pueblo que aspira tener un Sahara libre e independiente. Tenemos una cultura viva, una sociedad extraordinariamente solidaria. Leer el presente y tener el don de interpretar el futuro es muy difícil. Políticamente es un ejercicio de alto riesgo. Pero ahora mismo, tenemos una oportunidad en el próximo congreso que, a lo largo de las últimas cuatro décadas, se presenta como única. Y depende en primera y única instancia de todos los saharauis.
Necesitamos el cambio de pensamiento único y abrir horizontes que nadie se ha atrevido a pisar. Es por ello que la responsabilidad de todos, ciudadanos y sobre todo los políticos, es inmensa. Conviene saber estar a la altura, por encima de todo. El interés de país pasa, tiene que pasar por encima de todo y de todos. Es el momento de la generosidad, es el momento de reconocer y honrar a los que dieron su vida y su sangre por este país, es el momento de reconocer los importantes sacrificios que ha hecho el pueblo saharaui. Y todavía más, hay que remachar el clavo, hay que sumar más, hay que convencer y hay que demostrar que el fin común de todos los saharauis es su tierra y su total Independencia.
La cuerda esta tan tensa entre la dirección y la base que puede romperse en cualquier momento, porque los de arriba se empeñan en seguir con su fábula sin mirar a tierra y comprobar que el pueblo reclama cambios, y espera mucho del próximo congreso.

sah_camaguey99@hotmail.com

14.08.15

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